Comer mucho y cuaaalquier cosa. La llaman la “dieta del metabolismo relajado”.Cucharear. Después de darlo todo, una última posición muy placentera…, si no te roncan al lado. Ilustración de Clara Lagos/La Nación
Conversar en la oscuridad. ¡Atención! Corrés peligro de escuchar confesiones border. Ilustración de Clara Lagos/La NaciónArrepentirse. Deseás ardientemente no haber sido tan impulsiva. ¿Dónde está el botón de undo? Ilustración de Clara Lagos/La NaciónCompartir una ducha. Para refrescarse… ¡o para recuperarse y hacerlo otra vez! Ilustración de Clara Lagos/La NaciónQuerer estar sola. ¿Antipatía, falta de romanticismo? Nada de eso, algunas disfrutan la soledad postsexo. Ilustración de Clara Lagos/La Nación
Confirmar que existen los duendes que esconden objetos… ¡Y a seguir buscando! Ilustración de Clara Lagos/La NaciónHacerse preguntas existenciales. Del estilo “¿cómo dejamos que pasara tanto tiempo sin hacerlo" >